La política antiinmigrante de la actual administración en Estados Unidos generó 1,6 millones de nuevos indocumentados durante el último año fiscal.
El debate sobre la inmigración en Estados Unidos se ha caracterizado por la constante inflación de cifras oficiales y políticas. Mientras que estimaciones de 2023 del Centro de Investigación Pew situaban el total de indocumentados en 14 millones, la campaña electoral de 2024 impulsada por el Partido Republicano elevó la promesa de expulsión a 20 millones de personas.
Esta escalada retórica alcanzó su punto máximo con las declaraciones del presidente Donald Trump, quien afirmó que la cifra de migrantes “que no deberían estar aquí” asciende a 25 millones. La discordancia entre las proyecciones de organizaciones internacionales y las cifras gubernamentales dificulta la verificación precisa de la población migrante total.
China confirmó un incentivo millonario para aumentar la demanda interna de consumo en 2026Más allá de las estimaciones encontradas, el impacto directo de la política migratoria actual se manifiesta en un hecho concreto. A lo largo del último año, la Administración ha convertido en indocumentados a 1,6 millones de personas mediante una serie de acciones restrictivas que entraron en vigor inmediatamente.
Esta política antiinmigrante se ha consolidado sobre ejes principales: se ha revocado el estatus de protegidos a individuos que contaban con permisos temporales, se han quitado documentos de residencia a quienes ya los poseían, y se ha acelerado la expulsión de aquellos a quienes previamente se les había abierto la puerta de entrada al país.
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